Esperando Semana Santa II: los tres alegres compadres en el Taller 99
No recuerdo el mes, pero en algún minuto de 1993 fui invitado (junto a mi compañero Mauricio Concha) a trabajar como Ayudante de Impresión al Taller 99. Se trataba de un proyecto en el que se harían series de grabados junto a artistas invitados, todo financiado por un tercero, creo que su nombre era Francisco Arroyo. Era interesante porque se trataba de la primera oportunidad que tuve de trabajar junto a experimentados grabadores cumpliendo la función de Impresores y además era una buena instancia para conocer a destacados artistas (o que por lo menos en esos años eran conocidos).
El Equipo de Impresores del Taller 99 estaba formado por Alberto Zamora (quien era en ese entonces el Ayudante de Grabado en la Universidad de Chile y fue quien nos invitó a participar), Miguel Rodríguez y Alfonso Fernández. Los gomas ayudantes éramos Mauricio Concha y yo.
Los primeros días fueron lentos: biselar y pulir planchas de cobre, intoxicarse con amoníaco (en mi caso…), cortar papel de impresión y papeles de secado y camisa, preparar barnices, moler resina, limpiar rodillos y dejar todo a punto para la llegada de los artistas.
No recuerdo el orden en que llegaron ni tampoco todos los nombres, pero sé que trabajaron en esto Sergio Lay, Matías Pinto D’Aguiar y don José Balmes. Para hacer esta parte de la historia corta puedo resumir diciendo que se hicieron varias ediciones largas con grabados a tres o cuatro colores, que aprendí mucho sobre el trabajo de un Impresor conversando y trabajando con los expertos del Taller 99 -los tres personajes ya nombrados- y obviamente entendí lo que es ser parte de un grupo de trabajo afiatado, donde cada uno cumplía su función de la mejor manera y donde todo funcionaba como reloj. Puedo decir que fue una de las mejores experiencias que he vivido como profesional (aunque entonces no lo era) y que gustoso volvería a trabajar con ese equipo. Además debo decir que Fernández, Zamora y Rodríguez destacaban por su calidez y amabilidad. Y por eso subo esta imagen.
Este es un aguafuerte hecho «al azúcar» usando una receta que me enseñó Alberto. La plancha me fue obsequiada por Alfonso, y es uno de los raros ejemplos que tengo de una lámina hecha en colaboración con otro grabador ya que todo el trabajo de lavis de los fondos fue hecho por Miguel, mientras las figuras son mías. Creo que es una buena estampa, cuando no tenía el trabajo de fondos era muy fome y con la mano del sr. Rodríguez ganó mucho en dramatismo y peso. Y además fue bastante didáctico hacerla. Por cierto, en la imagen lleva solo mi firma pero una de las cosas pendientes es hacer algún día la Edición oficial con las firmas de ambos, como corresponde.
Así que saludos para los tres expertos del Taller 99 (hoy todos alejados de ese taller por la misma persona razón, lo que no deja de ser coincidencia) y para el Mauro, a quien le debo una visita y una botella de vino que me exigió.
saludos
ILC