En la imagen puede apreciarse mi futuro escritorio. Una cosa que no he mencionado es que este espacio que ocuparé corresponde a la antigua oficina de mi abuelo paterno, don Víctor Armando Lecaros Salinas (el Tata Armando) quien tenía una reputada fábrica especializada en muebles finos, empresa en la que lo secundaba mi padre, don Iván Lecaros Román.
Ahora, gracias a la generosidad de mi viejo me corresponde ser el tercer Lecaros en hacer uso de esta antigua casa, lo que me llena de orgullo y también de nostalgia, ya que de niño pasé muchas horas entre estas paredes y en el galpón donde estaban las máquinas observando a mi abuelo martillo en mano trabajando, a mi padre cortando géneros o clavando tapices y también pasé muchas tardes en este mismo escritorio, jugando con las perforadoras, corcheteras y timbres y también riéndome mientras el tata hacía girar la silla.
Una de las primeras cosas que se harán será preparar los muros. Estuco, pintura y luego trabajar el piso, ya sea vitrificando o instalando piso nuevo. Como se ve en las imágenes el espacio es amplio y es donde pretendo instalar mi mesa de dibujo, mi mesa de corte (para tacos de madera) y una de las cajoneras. Por suerte posee algunos muebles que pretendo ocupar (obvio, esto es una fábrica de muebles en origen) y creo que funcionará de maravillas. No hay nada mejor que un lugar propio y me considero muy afortunado de poder ocupar estos muros con tanta historia familiar.