Seminario de Litografía II – UFT

Seminario de Litografía II – UFT

Seminario de Litografía II – UFT

El sábado 25 de agosto 2012 se realizó la segunda parte y final del Seminario de Litografía en la Universidad Finis Terrae.  En esta segunda sesión se revisaron temas relativos a técnica pura y se repasaron contenidos de la sesión anterior.

El Temario en esta oportunidad consistió en lo siguiente:

  • Preparación de Goma Arábiga.
  • Preparación base para TAPEM.
  • Preparación de TAPEM.
  • Aplicación de Tusche en emulsión.
  • Aplicación de Tusche en solución.
  • Aplicación de Toner en solvente.
  • Aplicación de Toner en agua.
  • Fijado del Toner y acidulación.
  • Preparación de Papel de Transferencia.
  • Uso del papel de Transferencia.
  • Procesamiento de placas con Toner.

Este Seminario es el último que ofrezco en Chile hasta enero 2013 y es preciso agradecer a Alberto Zamora, Coordinador de Área de Grabado de la Universidad por su apoyo y gestión.

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Un día de Furia

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El pasado domingo 27 de junio el gran Alberto Zamora se hizo presente en Aguafuerte para una simple demo de Litografía sobre Plancha de Aluminio (o Algrafía, como le llaman ahora). Alberto, creo yo, debe haber pensado algo como «el Iván estudió en Tamarind, así que me voy a la segura con él».

Primero Alberto dibujó sobre una plancha graneada manualmente el día anterior por mí mismo. La plancha fue hecha a la rápida, el grano no era perfecto y además presentaba uno que otro rayón. No importa.

Una vez que el dibujo estuvo listo -lápiz litográfico Korn’s, Tusche en pasta Stones- procedí a efectuar el proceso de Acidulado, algo sencillo y, a pesar del mito «místico» tan común, bastante científico. Talco, goma, TAPEM, 50/50 y una mezcla más caliente con pH 1.5 . Rebaje. Todo va bien. El levantado (proceso que consta de dos partes: wash out y roll up) fue normal: goma, solvente, mas solvente, asfalto, agua… todo iba bien.

Luego el entintado con la inmortal Graphic Chemical Roll Up Black. Rodillo cargado, plancha húmeda… y la lesera simplemente reventó por todas partes. Calma. La negra plancha yacia en la platina de mi prensa y pensé «claro… es que no le saqué el óxido… qué tonto». Se lo comuniqué a un perplejo Zamora y le dije, canchero: «ok Alberto… dibuja otra».

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Esta vez decidimos usar la artillería pesada: una plancha Takach legítima, sobreviviente del Seminario de 1996 ofrecido por Jeff Sippel. Se le quitó el óxido como corresponde y entonces Zamora nuevamente dibujó. Apliqué los ácidos con más cuidado, levanté cariñosamente y decidí no aplicar asfalto sino que un poco de tinta en una parte de la placa. Al entintar subió a medias, y no hubo forma de recuperarla.

A esas alturas mi orgullo ya estaba herido y estuve a punto de quitarme mi delantal famoso pero Alberto me convenció de volver a intentarlo. Para hacer esto corto… otro fracaso. Usamos otra placa Takach. Esta vez no solo le sacamos el óxido sino que además la sensibilizamos. Alberto una vez más dibujó. Se repitió el proceso de acidulado con más cuidado, se volvió a levantar y esta vez la imagen simplemente no subió jamás. Mientras lo normal al hacer esto mal es irse a negro en este caso la placa fue imposible de reventar. Invocando a titanes de la litografía y a otras deidades noté que mis esfuerzos no fructificaron. En este momento ya estaba perplejo, sin lograr entender lo que pasaba. Una cosa es reventar una placa, pero otra distinta es no poder levantarla.

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Como a esas alturas la confianza ya había menguado y me sentía como un impostor vistiendo el sagrado hábito de Tamarind quise probar con una plancha hecha por mi con anterioridad, y para mi sorpresa (y tranquilidad) funcionó de manera perfecta. Alberto pudo obtener las imágenes que deseaba, tomamos una impresión y mi orgullo se restauró levemente. De cualquier manera me quedé hasta tarde probando otras placas con buenos resultados.

¿Cual habrá sido la causa de las fallas? ¿la vejez de las placas (casi 15 años)? ¿la goma arábiga descompuesta por no tener fenol (tuve que colarla para sacarle moho)? ¿que Alberto sea yeta? Algún día lo sabré.

Así que como ven, todos tenemos malos días.

Saludos

Esperando Semana Santa II: los tres alegres compadres en el Taller 99

Esperando Semana Santa II: los tres alegres compadres en el Taller 99

Esperando Semana Santa II: los tres alegres compadres en el Taller 99

No recuerdo el mes, pero en algún minuto de 1993 fui invitado (junto a mi compañero Mauricio Concha) a trabajar como Ayudante de Impresión al Taller 99.  Se trataba de un proyecto en el que se harían series de grabados junto a artistas invitados, todo financiado por un tercero, creo que su nombre era Francisco Arroyo.  Era interesante porque se trataba de la primera oportunidad que tuve de trabajar junto a experimentados grabadores cumpliendo la función de Impresores y además era una buena instancia para conocer a destacados artistas (o que por lo menos en esos años eran conocidos).

El Equipo de Impresores del Taller 99 estaba formado por Alberto Zamora (quien era en ese entonces el Ayudante de Grabado en la Universidad de Chile y fue quien nos invitó a participar), Miguel Rodríguez y Alfonso Fernández.  Los gomas ayudantes éramos Mauricio Concha y yo.

Los primeros días fueron lentos: biselar y pulir planchas de cobre, intoxicarse con amoníaco (en mi caso…), cortar papel de impresión y papeles de secado y camisa, preparar barnices, moler resina, limpiar rodillos y dejar todo a punto para la llegada de los artistas.

No recuerdo el orden en que llegaron ni tampoco todos los nombres, pero sé que trabajaron en esto Sergio Lay, Matías Pinto D’Aguiar y don José Balmes.  Para hacer esta parte de la historia corta puedo resumir diciendo que se hicieron varias ediciones largas con grabados a tres o cuatro colores, que aprendí mucho sobre el trabajo de un Impresor conversando y trabajando con los expertos del Taller 99 -los tres personajes ya nombrados- y obviamente entendí lo que es ser parte de un grupo de trabajo afiatado, donde cada uno cumplía su función de la mejor manera y donde todo funcionaba como reloj.  Puedo decir que fue una de las mejores experiencias que he vivido como profesional (aunque entonces no lo era) y que gustoso volvería a trabajar con ese equipo.  Además debo decir que Fernández, Zamora y Rodríguez destacaban por su calidez y amabilidad.  Y por eso subo esta imagen.

Este es un aguafuerte hecho «al azúcar» usando una receta que me enseñó Alberto.  La plancha me fue obsequiada por Alfonso, y es uno de los raros ejemplos que tengo de una lámina hecha en colaboración con otro grabador ya que todo el trabajo de lavis de los fondos fue hecho por Miguel, mientras las figuras son mías.  Creo que es una buena estampa, cuando no tenía el trabajo de fondos era muy fome y con la mano del sr. Rodríguez ganó mucho en dramatismo y peso.  Y además  fue bastante didáctico hacerla.  Por cierto, en la imagen lleva solo mi firma pero una de las cosas pendientes es hacer algún día la Edición oficial con las firmas de ambos, como corresponde.

Así que saludos para los tres expertos del Taller 99 (hoy todos alejados de ese taller por la misma persona razón, lo que no deja de ser coincidencia)  y para el Mauro, a quien le debo una visita y una botella de vino que me exigió.

saludos

ILC

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