Al comenzar un proyecto de Arte existen tantos métodos como artistas, por lo que indicar una suerte de receta para crear no es acertado, pero sí puedo contar la manera en que yo trabajo y desarrollo mis láminas.
El paso inicial es hacer muchos apuntes. Este ejercicio se denomina «Croquis» y consiste en dibujar rápidamente, normalmente desde el natural, para poco a poco ir construyendo la base que se usará en las obras finales. Al final de este post podrán ver algunos bocetos de ayer y de hoy hechos en diversas circunstancias y épocas.
Hay tantos estilos de croquis como personas; hay quienes se esmeran en capturar los efectos de claroscuro (o sea «luz y sombra»), hay quienes solamente se interesan en las líneas básicas y direcciones y, como en mi caso, los que tratamos de trabajar con la línea pura, sistema denominado «mano alzada».
Yo soy partidario de comenzar a croquear cuando ya se ha tenido algo de formación tradicional como dibujante y por lo tanto la relación ojo-hombro-muñeca ya se ha reforzado. De lo contrario, según he observado, es muy fácil caer en manierismos o en efectismos que «inflan» las imágenes pero no hacen un buen dibujo.
También soy contrario a usar cualquier clase de ortopedia y es la razón por la cual mis alumnos no usan goma de borrar o regla. A menudo veo en lugares públicos o en la misma Plaza cercana a mi taller a estudiantes dibujando edificios o personas y premunidos de herramientas de dibujo como las ya nombradas; a veces hablo con ellos y me cuentan que están croqueando y muchas veces los resultados son echados a perder por el borrado de líneas que no estaban de más. Como dije antes, hay tantos sistemas como personas.
Este sistema de no ortopedia no lo inventé yo sino que es la manera en que fui entrenado por don Julio Palazuelos, uno de los grandes dibujantes y grabadores nacidos en nuestro país y que fue mi profesor de Grabado en la Universidad de Chile.
Asimismo creo que es un error buscar la soltura cuando ésta significa el hacer muchas rayas sin que ninguna sea la definitiva. Esta clase de croquis «peludo» no califica, según yo, en la categoría de buen croquis. La soltura en el trazo es uno de los beneficios de haber entrenado bien las bases del dibujo. Cuando es así apreciamos líneas especialmente fluidas, casi sin cortes y bastante limpias.
Otro factor en el croquis es la velocidad de ejecución. Como se trata de dibujos en terreno lo normal es que nunca sobrepasen de dos o tres minutos, lapso más que suficiente para hacer el apunte aunque si toma más tiempo lograr un mejor resultado lo mejor siempre es optar por lo último. En mi caso cada imagen toma de dos a cinco minutos, aunque hay otros mas detallados que toman mas tiempo.